Se desconoce la causa de la AR, pero se cree que se trata de un trastorno autoinmune en el que el propio sistema inmunitario ataca a los tejidos sanos. La AR es más frecuente en las mujeres y suele comenzar entre los 40 y los 60 años.

Los síntomas más frecuentes son dolor, hinchazón y rigidez articular. Otros síntomas pueden ser fatiga, fiebre y pérdida de peso.

El diagnóstico de la AR se basa en un examen físico y análisis de sangre. También pueden solicitarse pruebas de imagen, como radiografías y resonancias magnéticas, para detectar daños en las articulaciones.

El tratamiento de la AR incluye medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Otras opciones de tratamiento incluyen cambios en el estilo de vida, como ejercicio y control del peso, y fisioterapia y terapia ocupacional. La cirugía puede ser una opción para los casos graves.