Una fractura ósea es una rotura, fisura o astilla en un hueso. Puede ser desde una grieta fina hasta una rotura completa. Las fracturas pueden producirse en cualquier hueso del cuerpo, pero son más frecuentes en la muñeca, el brazo y el tobillo.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas pueden variar en función de la localización y gravedad de la fractura, pero pueden incluir:
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Dolor, especialmente al intentar mover la zona lesionada
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Hinchazón y hematomas
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Deformidad de la zona lesionada
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Pérdida de amplitud de movimiento
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Sensibilidad
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Dificultad para utilizar la zona lesionada
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Rigidez
Causas
Las fracturas óseas pueden deberse a diversos factores, como por ejemplo
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Traumatismos o lesiones, como caídas o accidentes de coche
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Osteoporosis, una enfermedad que debilita y fragiliza los huesos.
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Tumores óseos, que pueden debilitar el hueso.
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Uso excesivo, como la tensión repetitiva sobre una articulación.
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Ciertas enfermedades, como el cáncer o la artritis.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de las fracturas óseas pueden ser
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Edad: con la edad, los huesos se debilitan y son más propensos a fracturarse.
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Ciertas actividades - como los deportes de contacto o los deportes extremos
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Osteoporosis
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Ciertas afecciones médicas, como el cáncer o la artritis
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Huesos débiles o quebradizos
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Deficiencia de vitamina D
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Mala alimentación
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Determinados medicamentos
Prevención
Hay varias medidas que puede tomar para reducir el riesgo de sufrir una fractura ósea.
Entre ellas se incluyen:
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Seguir una dieta equilibrada con cantidades adecuadas de calcio y vitamina D
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Hacer ejercicio con regularidad para fortalecer los huesos
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Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol
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Llevar equipo de protección cuando se practican deportes de contacto o deportes extremos
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Tomar medidas para prevenir las caídas, como utilizar pasamanos e instalar barras de sujeción en el baño
Diagnóstico
Para diagnosticar una fractura ósea, el médico le realizará una exploración física y le preguntará sobre su historial médico. También pueden utilizarse pruebas de imagen, como radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento de una fractura ósea puede variar en función del tipo y la localización de la fractura.
Los tratamientos más habituales son
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Entablillado o escayola - para inmovilizar la zona
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Medicación - para reducir el dolor y la inflamación
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Cirugía - para reparar los huesos fracturados
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Fisioterapia - para ayudar a recuperar la fuerza y la movilidad
Superación y apoyo
El proceso de recuperación de una fractura ósea puede ser difícil y doloroso. Es importante tomar las medidas necesarias para garantizar una recuperación completa, como seguir las instrucciones del médico, tomar la medicación según lo prescrito y asistir a las sesiones de fisioterapia. Además, puede ser útil hablar con familiares y amigos para obtener apoyo emocional.
Complicaciones
Las complicaciones de una fractura ósea pueden incluir:
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Infección
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Retraso en la cicatrización
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Daños en nervios o vasos sanguíneos
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Dolor crónico
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Pérdida de funcionalidad
Vivir con fracturas óseas
Es importante tomar las medidas necesarias para proteger los huesos y reducir el riesgo de fracturas. Esto incluye seguir una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad y evitar actividades que puedan provocar caídas u otros traumatismos. Además, es importante que hable con su médico sobre cualquier medicamento o afección médica que pueda aumentar el riesgo de fracturas. Con los cuidados adecuados y modificaciones del estilo de vida, puede reducir el riesgo de fracturas óseas y mantener un estilo de vida saludable.
Las fracturas óseas son una lesión frecuente que puede ir de leve a grave. Es importante reconocer los signos y síntomas de una fractura ósea y buscar atención médica inmediatamente. Con el diagnóstico y el tratamiento adecuados, la mayoría de las fracturas óseas pueden curarse correctamente y sin complicaciones. Además, es importante tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de fracturas y garantizar una recuperación completa.
