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Síndrome de dolor miofascial: síntomas, diagnóstico y tratamiento.

Síndrome de dolor miofascial: síntomas, diagnóstico y tratamiento.

El síndrome de dolor miofascial es una afección crónica que provoca dolor y sensibilidad en los músculos y otros tejidos blandos. El dolor suele localizarse en una o varias zonas del cuerpo y puede desencadenarse por una distensión o lesión muscular. El síndrome de dolor miofascial suele ser difícil de diagnosticar y puede requerir una combinación de tratamientos para controlar el dolor.



Signos y síntomas

El síntoma principal del síndrome de dolor miofascial es el dolor y la sensibilidad musculares. El dolor puede estar localizado en una zona, como la espalda, el cuello o los hombros, o puede ser generalizado y afectar a varias zonas del cuerpo. Otros síntomas pueden ser rigidez muscular, debilidad, dolores de cabeza y fatiga.

Causas

El síndrome de dolor miofascial está causado por el uso excesivo de un músculo o grupo de músculos concretos. Esto puede ocurrir cuando un músculo se tensa o se lesiona, o cuando una persona realiza movimientos repetitivos, como teclear o levantar objetos, durante largos periodos de tiempo.

Factores de riesgo

Cualquiera puede desarrollar el síndrome de dolor miofascial, pero algunas personas son más propensas a padecerlo que otras. Las personas que tienen trabajos o aficiones que implican movimientos repetitivos corren un mayor riesgo, al igual que las que han sufrido una distensión o lesión muscular recientemente.

Prevención

La mejor forma de prevenir el síndrome de dolor miofascial es adoptar una buena postura y evitar realizar movimientos repetitivos durante largos periodos de tiempo. También es importante hacer estiramientos con regularidad, practicar técnicas de control del estrés y descansar lo suficiente.

Diagnóstico

El síndrome de dolor miofascial suele ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas pueden ser similares a los de otras afecciones, como la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónica. Para diagnosticar el síndrome de dolor miofascial, el médico puede realizar un examen físico, preguntar por el historial médico del paciente y buscar puntos gatillo en los músculos. Un punto gatillo es una zona del músculo que duele cuando se presiona.

Tratamiento

El tratamiento del síndrome de dolor miofascial suele consistir en una combinación de medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida. Los medicamentos pueden incluir antiinflamatorios no esteroideos (AINE), relajantes musculares y antidepresivos. La fisioterapia puede ayudar a fortalecer y estirar los músculos afectados, y los cambios en el estilo de vida, como las técnicas de control del estrés, pueden ayudar a reducir el dolor.

Afrontamiento y apoyo

El dolor y otros síntomas asociados al síndrome de dolor miofascial pueden ser difíciles de manejar, pero hay algunas cosas que pueden ayudar. Hablar con un médico o terapeuta puede ser beneficioso, al igual que unirse a un grupo de apoyo o hablar con amigos y familiares.

Complicaciones

Si no se trata, el síndrome de dolor miofascial puede provocar dolor crónico y discapacidad. También puede causar dificultades para dormir, depresión y ansiedad.

Vivir con síndrome de dolor miofascial

Vivir con el síndrome de dolor miofascial puede ser difícil, pero hay algunas cosas que pueden ayudar. Practicar una buena postura, estirarse con regularidad y evitar movimientos repetitivos puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la calidad de vida. También es importante hablar con un médico o terapeuta sobre las opciones de tratamiento y buscar el apoyo de familiares y amigos.

 

El síndrome de dolor miofascial es una afección crónica que puede causar dolor y sensibilidad en los músculos y otros tejidos blandos. Los síntomas incluyen dolor y sensibilidad muscular, rigidez, debilidad, dolores de cabeza y fatiga. Esta afección suele deberse al uso excesivo de un músculo o grupo de músculos concretos y puede ser difícil de diagnosticar. El tratamiento suele consistir en una combinación de medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida. Vivir con síndrome de dolor miofascial puede ser difícil, pero hay algunas cosas que pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.